miércoles, 1 de febrero de 2006

2) El triunfo de Bachelet y la posición de los proletarios


Y como muchos esperaban o temían, Bachelet, aquella ex ministra a cargo de las fuerzas armadas, autoreferida progresista y con pasado izquierdista, ganó las elecciones en Chile, en las cuáles -como todos sabíamos- no se jugaba ninguna oposición muy sustancial entre ambos bandos. Sin embargo, el que haya salido electa genera un panorama particular entorno a la represión y explotación del proletariado. La concertación (el bloque de partidos al cuál Bachelet pertenece) con el paso de los gobiernos ha mostrado cada vez más su faceta represiva, modernizando todos los mecanismos de control de conflictos, aumentando presupuestos y manteniendo organismos de inteligencia. Bachelet, tal y como aclara ella misma, será una continuidad de estos gobiernos, lo que probablemente se traducirá en una continuación de la escalada que agudiza todas las condiciones de vida y lucha del proletariado. Cabe destacar también, que ante la propuesta de Lavín, de que "la tercera reincidencia es la vencida", Bachelet haya propuesto que "la primera" sea.El rol de Chile en el continente, con Bachelet, probablemente será el que muchos auguran con pesar: el de gendarme de las luchas proletarias de los países vecinos [1]. En el contexto latinoamericano, con la conformación de un bloque socialdemócrata (Cuba, Venezuela y Bolivia, y el ALBA), la burguesía de izquierdas y derechas ya tienen la excusa para reprimir al proletariado. La burguesía progre latinoamericana podrá, como siempre, apaciguar las movilizaciones y la organización del proletariado so pretexto de "colaborar con la revolución" o de apelar a cierta identidad abstracta entorno a lo popular o al izquierdismo. O también, como siempre, podrá reprimir y encarcelar bajo la acusación de "contrarevolucionarios" o de "comprados por la cia o la derecha".Por el otro lado, la burguesía de derechas (no nos parece correcto llamarles "empresarial", puesto que la mayoría de los progres son igualmente empresarios) tendrá la excusa perfecta para ir comenzando su represión. Véanse las tropas yankis que se instalan en Paraguay, con la excusa barata y hasta graciosa de que Al Qaeda estaría operando en latinoamérica y en concreto en ese país, dado que es "el centro del terrorismo de medio oriente en Sudamérica" [2]. En Chile, con Bachelet, no se dará -probablemente- tal polaridad. Pero lo que si se dará, y habrá que estar preparados para ello, es una agudización de las condiciones generales de reproducción de vida del proletariado, a lo que habrá que oponer como respuesta una generalización de la lucha social. Eso si, hoy adquiere particular importancia el que los proletarios sepan romper con las ideologías de la socialdemocracia, en el nombre de las cuáles ya se reprime a nuestros hermanos de clase en otros países del continente.

[1] Aquí nos referimos a las luchas proletarias, y no a movimientos teledirigidos desde el bolivarianismo o cualquier tipo de reformismo modernizado.

[2] http://www.rebelion.org/noticia.php?id=25564

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