
Situación actual de Hardy Peña.Como es ya sabido, uno de los prisioneros políticos que se encontraba con libertad diaria, fue devuelto a la Cárcel de Alta Seguridad en diciembre pasado. Luego de permanecer más de 13 años en prisión, Hardy Peña, pudo pisar la calle nuevamente bajo la figura de diferentes beneficios entregados por gendarmería (como fueron la salida dominical, de fin de semana, y por último, de prisión nocturna).Una noche Hardy no se presentó a cumplir con la reclusión y ese hecho no fue justificado ante gendarmería (ni por razones médicas ni de trabajo). Ante esto gendarmería pareció no reaccionar, pero en realidad buscaba el momento político más propicio para hacerlo. La fuga de un prisionero subversivo en el sur generó el cuadro perfecto para que la represión se mostrara eficaz y ejemplificadora. La fuga en el sur trajo coletazos para catorce gendarmes que fueron sancionados, para el alcalde que fue removido y para Hardy, que fue utilizado como un ejemplo para los demás prisioneros políticos con beneficios carcelarios.Lo cierto es que desde que obtuvieron beneficios, fueron muchos los prisioneros que se rebelaron ante el poder, de diferentes y sutiles formas (no se encerraban a la hora indicada, no llegaban todos los días, firmaban en tiempos erráticos, etc..). Y eso que a nosotros, desde la comodidad de nuestra posición de espectadores nos puede parecer tan irresponsable e infantil, incluso simbólico, es parte de un proceso de sublevación a cada norma impuesta desde y por gendarmería y el ministerio de justicia, proceso que devino, con los años, en la instauración de la cárcel combativa.En el escenario de estar nuevamente en una jaula, Hardy comienza una huelga de hambre, para presionar con su vida a quienes detentan el poder. Luego de una semana, se depone la huelga, ante las promesas de solucionar y terminar con la sanción impuesta. Gendarmería pidió un gesto de voluntad, y Hardy se los dio. Pero con el paso de los días, nada se solucionó, y ante ello, se inició una nueva huelga de hambre., con el objetivo de transformarse en una huelga seca. Hace pocas horas, gendarmería y el director de la cárcel de alta seguridad hicieron nuevas promesas, dando como fecha de salida de Hardí, el día 30 de enero, sin más sanciones que lo ya vivido. Hardy decide entonces terminar la huelga.Ante esto, no han sido pocos quienes han cuestionado la actitud de Hardí. El hecho de bajar la huelga, el hecho de creer en las promesas de gendarmería, hace que algunos quieran dar un paso al costado. Es cómodo y soberbio decirle a un compañero con más de 13 años de prisión, con numerosas torturas, vejaciones, huelgas de hambre (entre ellas la de 74 días), es cómodo olvidar que es él quién está encerrado, que mientras disfrutamos de la compañía de nuestra compañera o compañero, él está encerrado. De que mientras nos quejamos del calor de mierda, él sigue encerrado… ¿Será acaso que lo que de verdad necesitan esos "revolucionarios"es siempre el escenario de una nueva huelga de hambre? ¿No es suficiente argumento el infierno de estar prisionero como para lograr que se movilicen?.Tanto las huelgas de hambre, como el creer en las promesas de gendarmería y el ministerio de justicia, son medidas de desesperación, producto del encierro en una celda. Nosotros, en la calle, debemos seguir movilizados, no debemos creer en las promesas de nadie, ni caer en acciones sin organización, porque tenemos la acción y la "libertad" (por lo menos más "libertad" que un preso) de continuar con acciones que vayan generando, el clima propicio para la salida de todos los prisioneros políticos chilenos y mapuche. Que no sean los prisioneros, desde su lecho agónico producto de una huelga, quienes motiven nuestras acciones. La prisión está ahí, constante, diaria, y esa realidad debe ser la que origine nuestra rabia. ¡Que la libertad de los prisioneros se obtenga sin mártires!
¡Todos a la calle aportando y construyendo el camino de la liberación!.
Nota: Durante el transcurso del mitting del martes 17, afuera de gendarmería (en Rosas con Teatinos), al grupo de manifestantes se sumó un individuo (moreno, de pelo negro corto, estatura media, contextura gruesa y anteojos) que pidió hablar por el megáfono. Discurseó ampliamente de forma muy confusa acerca de la libertad de Hardy, y de la situación del país. Luego hizo un llamado a no provocar a carabineros, puesto que son simples trabajadores. Ante esto, se le arrancó el megáfono, y la discusión con él siguió durante largo rato. El tipo se puso a gritar y a armar problemas al interior de los manifestantes, mientras carabineros y gendarmes reían. Una vez concluido el mitting, un grupo decidió seguir al personaje puesto que había generado sospechas. El resultado: una hora después, luego de haberse paseado por el centro, volvió a gendarmería y entró saludando a los porteros. Era un funcionario encubierto. Lo que genera más preocupación es que el tipo se había hecho ver en muchas actividades y movilizaciones, y que su objetivo, en el mitting, probablemente se cumplió (en apariencia, terminamos peleando "entre manifestantes", y no con la policía). De lograr obtener una fotografía del individuo no dudaremos en publicarla. Por lo pronto a estar atentos, y a no perder el objetivo de las movilizaciones.
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